domingo, 30 de octubre de 2011

Danakil: Las puertas de infierno


Etiopía posee un su territorio lugares inimaginables. Sin lugar a dudas, la depresión del Danakil, en la frontera con Eritrea, supera todas las expectativas. Esta depresión llega a encontrarse a 116 metros por debajo del nivel del mar y según algunas fuentes lo catalogan como el lugar deshabitado más caliente de la tierra.


Situado en la región de Afar, es uno de los lugares con mayor actividad tectónica del planeta. Para entrar en la Depresión, se atraviesan montañas surgidas de numerosos sismos donde se pueden observar los diferentes sustratos de la tierra. Una bienvenida que representa la fascinante experiencia geológica que se puede experimentar en Danakil.

La población de Afar, conocida por su reputación de ferocidad, sobrevive como nómadas en lugares agrestes, muy secos y calurosos. Su vestimenta, acompañada por el cuchillo Afarí y el Kalashnikov, marca el respeto que se ha de tener al dirigirse primeramente a ellos.

Hamedila, es el último pueblo antes de adentrarse en Danakil. Allí descansan las decenas de caravanas de camellos que transportan la sal desde Danakil. El comercio de estos bloques de sal es el medio de vida más común de la población existente.


Hamedila podría considerarse las puertas de infierno, ya que sólo de esta manera, podría describirse el más allá. El volcán Erta Ale, con algo más de 600 metros de altitud, es la representación más solemne de los más de 30 volcanes distribuidos a través de las fallas del Danakil. En su cumbre se encuentra un lago de lava permanente de hace más de 120 años. El volcán Erta Ale está en erupción continua desde 1967. Que este lugar esté a la vista del ojo humano viola nuestra capacidad de raciocinio, llegar a ser inconcebible. Delante de nosotros contemplamos el extremo de la naturaleza terráquea. Explosiones de lava nos hacen creer que nos encontramos en el viaje al centro de la tierra de Julio Verne y hubiéramos llegado a la etapa final. Es difícil dar crédito y es que una vez pasado el tiempo, sólo nos queda la sensación de nuestra insignificante existencia.



Pasado el volcán Erta Ale, se debe cruzar un desierto de sal, el lago Asale, que nos  lleva hasta el imaginario polo norte. Una inmensa llanura blanca, que nos conduce a un estado onírico ante las luces del atardecer. Aquí se extraen los bloques de sal que se transportarán en las caravanas de camello.


Este camino a través de los paisajes blancos, simula un paisaje nublado estratosférico hasta aterrizar en la luna. A esto le llaman Dallol, situado en plena depresión del Danakil, es una laguna llena de manantiales sulfurosos, lleno de colores y hedores que representa un paisaje de otro planeta. El culmen de un territorio fascinante, enclavado en Etiopía, la que muchos llaman cuna de la humanidad. 



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