Durante el mes pasado logré llevar a cabo uno de mis sueños desde la infancia. Publicar mi primer libro.
Auspiciado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y con base en la reciente exposición de fotografía expuesta en el edificio de Naciones Unidas, la Universidad San Francisco de Quito y el Ministerio del Litoral en Guayaquil, se ha publicado “Ecuador: una mirada al riesgo”, cuya portada puede verse en la imagen. 
Este libro trata de mostrar a través de fotografías y textos, las vulnerabilidades que tienen muchas familias de Ecuador y el riesgo al que se ven expuestas frente a los fenómenos naturales. Además, se explica el proceso que sigue las Naciones Unidas para apoyar y fortalecer el trabajo de los gobiernos, en sus distintos niveles, para enfrentarse a este problema.
América Latina presenta los niveles más altos de desigualdad en la distribución del ingreso a nivel mundial. Es por ello que en muchas ocasiones, una gran mayoría de la población convive en condiciones paupérrimas e insalubres, las cuales la permanente dureza por sobrevivir las hace cotidianas. Por otro lado, el círculo de las personas con mayores recursos vive con una venda en los ojos en un mundo conservador, aislado, lujoso y temeroso por su inseguridad. La necesidad de mostrar lo olvidado, la cruda realidad de muchos ciudadanos ecuatorianos se hace incuestionable. El público elegido como principal destinatario de este libro han sido las diferentes autoridades del país; para que conozcan la situación reales, sus orígenes y consecuencias, y algunas posibles soluciones.
Como se suele decir, el libro es como un parto y para mí se constituye como la mejor definición posible de mis sensaciones. Todo lo vivido y aprendido durante los últimos dos años se ve plasmado sobre el papel. Las experiencias y sensaciones, íntimas y personales, vividas cuando mi mirada atravesaba la cámara están ahora fuera de mí. Al observarlo, me sentí vacío por dentro pero profundamente satisfecho. Satisfecho por ese sentimiento de libertad que te da el poder ofrecer todo lo aprendido al servicio de los demás. Una sensación maravilla que cuando la pienso aún no me la creo. Además, estoy en deuda con país que en dos años me ha cambiado la vida.
Por último, sin las sugerencias, las ideas, las críticas y el apoyo de muchas personas hubiera sido imposible su realización. Ellos ya saben a quién me refiero.
Este libro puede encontrarse en la Biblioteca de Castilla y León (Pza de la Trinidad, Valladolid).
Vease
“Ecuador: Una mirada al riesgo”, por Diego Fernández Magdaleno
"Borja Santos frente al riesgo", por Fernando Manero
A pesar del último decepcionante partido ante Chile, a lo largo de muchos partidos de clasificación Ecuador demostró destellos de gran juego . Una selección dotada de una de sus mejores plantillas en la historia, con algunos jugadores jugando en equipos internacionales (vease Valencia en el Manchester United); siendo un equipo ecuatoriano, la Liga de Quito, campeón de la Libertadores; y con una afición volcada. A pesar de todo esto, le faltó lo más importante, la pegada. Esa convicción de dar la el últime remate, la última estocada; el aplome de la historia y la ambición que lleva a las grandes selecciones a llevarse sin gran juego los grandes partidos. Ecuador se vio castigado debido a todas las oportunidades perdonadas.